Tiempo de nieves
Hoy Munich se ha convertido por fin en la neverita que todos esperamos que sea en esta época del año y que una primavera demasiado madrugadora nos estaba escamoteando perversamente.
La nieve ya estaba anunciada. Por eso, cuando ha sonado el despertador esta mañana, muy al contrario de lo que suele ser mi costumbre, he salido de un brinco de la cama al primer toque y he corrido a la ventana a ver si ya estaba todo cubierto de blanco.
Y, efectivamente, nevaba… Aún no era esa nieve perfecta (porque la nieve puede ser perfecta), leve y juguetona, que casi se resiste a caer y que parece que ralentiza todo lo que ocurre a su alrededor. Era una nieve acuosa y algo pesada, pero lo importante es que cuajaba y todo empezaba a estar bastante cubierto, de manera que la ciudad sonaba ya distinta, más silenciosa.
Entonces me he preparado un café y me lo he tomado de pie junto a la ventana de la cocina, atontada mirando caer los copos de nieve, en un tiempo que se me ha antojado fuera de este mundo, inexistente. Una especie de “huída del tiempo”, como diría Ybris sabiamente. Porque la nieve es como el fuego o el mar: uno puede quedarse horas delante contemplando y nunca será igual. Finalmente he vuelto en mí y me he puesto en marcha: tac, tac, tac… Tiempo mundano y prosaico, marcado para no llegar tarde, aunque, como siempre, he llegado tarde. Pero, ¿tarde para qué? Y, sobre todo, ¿para quién? Sé que estas preguntas tienen respuestas sencillas, pero no me convencen.
Después, a la vuelta de la oficina, he querido hacer una foto para ilustrar el post: mi bici antes de retirarse a hibernar en el sótano. Y es que la pobre no está ya para aguantar estos extremos. Lo que no sabe es que pretendo jubilarla y cambiarla por una más joven cuando se vaya la nieve… No sé si seré capaz.
17 comentarios
Sorrow -
Un beso.
Trini -
Un abrazo
Sorrow -
Sorrow -
FERFO: seguí tu consejo, pero la bola le dio a mi "Hausmeister", el croata, que además tenía un mal día... Así que creo que pasará otro mes antes de que me arregle el grifo del baño. A pesar de todo, ha merecido la pena, jeje.
ADÚLTER: hoy por fin ha salido el sol, pero no te prometo nada, que este país es muy traicionero. Por cierto, ¡por fin esa referencia cinefílica al título de mi blog! No sabes lo feliz que me haces (ya ves que me contento con poco).
MIA: la vida vista con un café en la mano es siempe mucho más apetecible. Influencia del cine, supongo...
MNEZ: oye, pues no, la verdad... Nevó de madrugada y a esas horas estaba yo muy agustito debajo de mi edredón, jeje. Me fijaré la próxima vez.
JULIO: cuando uno convive con algo aprende a quererlo. A mí me está pasando con la nieve, que cada día le encuentro más matices.
ANTON: a mi jefe el pobre lo voy a dejar por ahora, que sufre mucho con el hielo y los resbalones. Pero a ti...a ti ya te pillaré yo..
BOMBERO: siempre supe que había algo poético detrás de mi impuntualidad ;)
CONCHI: si es que sólo se llega tarde a ojos de otros. Como tú dices: relatividad pura y dura.
SEMINARISTA: chico, qué negativo. Me quedo con lo de la "nieve presumida disfrazada de azúcar glasé", que me ha gustado.
ISTHAR: opino como tú, pero hay un lugar situado a unos 2000 km en dirección sur que me vio nacer y me dejó marcas de mar y sol que a veces con el frío me escuecen demasiado. Por eso me escapo en cuanto puedo.
DON QUIJOTE Y SANCHO: la nieve nos saca a todos el niño que llevamos dentros y nos devuelve a la magia de una situación excepcional. Aunque estemos acostumbrados, eso es lo verdaremente excepcional.
Anónimo -
Don Quijote y Sancho
Isthar -
Jubilar un objeto cercano nunca es tarea fácil, lidiar con el sentimentalismo y el sentido de utilidad es un campo complicado. Suerte :)
Seminarista -
Conchi -
Un beso, mi niña.
Bombero del Atardecer -
Anton aus Tirol -
Julio -
Me alegro y un abrazo
mnez -
mnez -
Abrígate el corazón, "andalusi"
Un abrazo, Filo....
mia-moore -
Tápate. Besos.
Adulter -
:)
( A (Wo)man of constant sorrow...eso me suena a O Brother)
ferfo -
Besotes blancos
La hormiguita -
Abrazos!