Una mañana
3 de noviembre. Munich, 7:30 de la mañana.
-¡Nena!, ven, corre…
-Ummmm…., ¿eh? ¿Qué hora es?
-¡Ven, que está todo blanco!
-¿En serio? ¡No me lo creo!
-¡Ven a verlo!
Y era verdad… No sólo había una fina capa que cubría ya las calles muniquesas, sino que estaba empezando a nevar de nuevo.
Café y galletas para mí, té y tostadas para él, la radio de fondo y fuera, la primera nevada de la temporada. Una de esas nevadas en las que los copos caen lentamente y se posan con elegancia sobre la acera. Sin prisa, pero sin pausa. Y así, sin mucha prisa, es como me he ido yo al trabajo.
-Un beso, papá. Que pases un buen día
-Un beso, nena. Hasta la tarde.
Dicen que la vida está hecha de momentos. Yo me grabo hoy este. Espero acodarme de él cuando vengan las vacas flacas.
3 comentarios
dapper dan -
Bombero del Atardecer -
Julio -
En esa disposición, todos pueden ser momentos para disfrutar.
Un abrazo