Blogia
Mujer on constant sorrow

Escritos varios

Chuto

Chuto

En realidad a mi hermano Héctor lo llamamos Chuto. Dicen que se lo puse yo cuando éramos pequeños, pero la verdad es que no me acuerdo ni del cuándo ni del por qué. Algo  me dice, sin embargo, que el apodo tiene que ver con lo bruto que era. Si lo tuviera que definir con 3 adjetivos lo haría con 3 que empiezan con c y con 3 aumentativos: muy cariñoso, intensamente creativo y bastante cabroncete.

 

Las circunstancias de su vida le han hecho no tomársela muy serio o tal vez todo lo contrario. Creo que nunca llegaré a saberlo con certeza. Son esas circunstancias un tanto especiales (un cáncer, su cáncer)  las que le han marcado en muchas facetas y las que  le convirtieron desde una edad demasiado temprana en un auténtico superviviente. 

En mi casa no hubo lágrimas ni lamentos, al menos que yo pudiera ver, y para mí, la imagen que mejor ilustra el modo en que esta situación se vivió en mi familia es la de  nosotros, niños inocentes que debíamos seguir siéndolo, jugando con la fina pelusilla que le corría a mi hermano por la cabeza y que se desprendía con graciosa facilidad. En esa época lo recuerdo pelón como un Nenuco de los de antes (luego se vengó luciendo durante años un espesa y larga melena negra), pero siempre con la sonrisa en la boca.

Un día, tras muchas ausencias de mi madre y mi hermano, que ya formaban parte de la rutina familiar, aquello se acabó, al menos la que hoy sé que fue la parte más dramática. Mi padre llegó un día con un sobre y dijo algo así como “ya es definitivo”. Todos nos pusimos muy contentos y celebramos algo que entonces yo no entendía muy bien. Sólo algún tiempo después, hablando con una prima mayor que yo, tomé conciencia real de lo que había sido toda aquella historia y muchos recuerdos vagos de mi primera infancia cobraron de pronto todo su sentido. Se hicieron de repente menos inocentes.

 

Mi hermano tiene un vínculo muy especial con mi madre. Un cordón umbilical que refuerza ese que a todos nos cortan físicamente el día del nacimiento, pero cuya presencia permanece toda la vida.  A los 3 hermanos que somos nos ha dado mi madre la vida, pero sólo con uno de nosotros se ha enfrentado y ha vencido a la muerte.  De todos modos esta historia cambiaría mucho de tono si la contase ella, que en general habla poco del tema. No porque sea tabú, sino por ese instinto de supervivencia que tienen las madres; ese "tirar pa'delante" que sólo ellas saben de donde sacan y que las hace invencibles. Intuyo, porque yo no soy madre, todavía. 

Hoy mi hermano es un hombre inteligente y de mente ágil (bueno,eso lo ha sido siempre en realidad), tenaz en lo que le interesa, siempre que no constituya una obligación (dibujar, tocar la guitarra, fotografiar…), un caradura encantador y también un poco un calavera. Buscador de caminos por todos los caminos a nuestro alcance y también un tocapelotas, sin maldad, pero tocapelotas.

Como buen hermano me ha hecho rabiar. Todavía le recuerdo el haber tenido que estudiar durante años con los cascos puestos y la música clásica o el jazz a todo trapo, para no oír los berridos de su guitarra. En aquellos años me sacaba de quicio. Hoy me río cuando estoy en casa y me pide indignado que baje la tele, que tiene que estudiar. Más bien hacer que estudia. 

Ahora en la distancia pienso en él aporreando su guitarra o colgado de una montaña imposible que se afana en escalar. Cuando ejerzo de hermana mayor a veces le digo: “¡ay! si toda esa energía la emplearas para el bien…” Y yo misma me respondo, entre orgullosa y resignada: pues entonces…, entonces, simplemente, no sería él.

  

Con un 6 y un 4...

Con un 6 y un 4...

...aquí tienes mi retrato.

Por fin Blogia ha vuelto en sí. Me tenía un poco preocupada que tantos mundos se hubiesen borrado para siempre. En estos días de abstinencia me he dado cuenta de que un poquito sí que engancha esto de los blogs...el propio y los ajenos, que en el fondo no lo son tanto.

El no poder escribir, más bien el no poder publicar, me ha llevado a la rebeldía ante la escritura y me ha puesto delante de los pinceles. Yo, yo, yo y el mundo que me rodea. Un blog es un poquito así: buscar un lugar en el mundo, comprender una realidad que nos interroga, a veces absurdamente, extrañarnos ante las cosas que pasan, que nos pasan, gritar a los 4 vientos "¡aquí estoy y me siento así!". Pero sobre todo mirar. Mirarse a uno mismo y abrir al mundo la ventana de nuestros ojos. Yo miro al mundo con estos ojos que aparecen aquí interpretados por mi propia mirada.  Así es un blog, ¿no?

Party-Tram

Party-Tram

Hoy de camino a casa he visto por mi barrio un Party-Tram. Básicamente es un tranvía normal alquilado por alguien que tiene algo que celebrar y que circula por la ciudad llevando la fiesta  y a los invitados de arriba abajo. Dentro hay orquesta, bebidas y comida, todo en clave bávara, claro está, que ellos son muy suyos para estas cosas. Yo me he parado, curiosa, a verles pasar, aunque no es ni mucho menos el primero que veo desde que estoy en Munich.

 

Hay días en los que siento que me vuelto muy alemana, muy bávara, y que en algunas cosas no hay vuelta atrás.

 

Hoy no es uno de esos días.

I wonder

I wonder

Mírame

Aquí estoy

Esperando algo de la vida

Y preguntándome

Si no será la vida

La que espera algo de mí.

 

Un placer

Hoy, mietras esperaba el metro para ir al trabajo, he leído una frase que viene muy al caso de mi último post:

"La melancolía es el placer de estar triste" (Víctor Hugo).

Pues eso.

Buenas noches.

Chove

Chove

 "Se a minha alma fechada
Se pudesse mostrar,
E o que eu sofro calada
Se pudesse contar,
Toda a gente veria
Quanto sou desgraçada
Quanto finjo alegria
Quanto choro a cantar..."

(Que deus me perdoe, fado con letra de Silvia Tavares y música de Frederico Valerio)

Casi no me creo que estemos en un domingo de agosto. Sigue lloviendo y se me antoja que la lluvia que veo a través de mi ventana es una lluvia portuguesa, como de fado. Cae despacio y constantemente. Parece que siempre hubiese estado ahí y que no tuviese planeado marcharse nunca, como la tristeza que se aloja en el alma y parece no tener fecha de partida; esa tristeza atlántica del que espera sabiendo que no ha de llegar lo esperado.Esta lluvia me inspira una leve melancolía y hasta una nostalgia imprecisa, no sé muy bien de qué. Pero me siento extrañamente a gusto, tal vez porque sé que el sol sí ha de volver a salir y que este fado no es más que la banda sonora de una portuguesa tarde de domingo.

Blogeando

Blogeando

Esta noche ha vuelto a visitarme el insomnio, así que, a falta de un plan mejor, he aprovechado para darme una vuelta por la blogosfera. He visitado con la calma que da la soledad de la noche los blogs de amigos y conocidos, a los que normalmente no puedo dedicarles todo el tiempo que me gustaría y, como el insomnio peristía, me he paseado también por las páginas que esos amigos y conocidos tienen en sus blogs como enlaces. Uno de ellos, de cuyo nombre no quiero acordarme, ha llamado mi atención con una serie de disertaciones pedantes acerca de lo que es o debe ser un blog. He leído con curiosidad sus opiniones y me he dicho al principio que no merecían un comentario. Sin embargo, esta mañana, con la primera taza de café y la mente aún espesísima, me he sorprendido a mí misma divagando sobre el tema, el ser o no ser de los blogs y, en definitiva, sobre la lista de complejos psicológicamente tratables que creo que se le pueden aplicar a mi "amigo" el profeta de la bitácora cibernética.

Vaya por delante que yo no voy a clasificar los blogs en mierda narcisista y simplemente basura, como hace nuestro amigo. Yo creo que son un invento genial, precisamente porque son como las lentejas: que si quieres las comes y si no las dejas. ¿Qué la mayoría no son obras de arte? Está claro. Tampoco creo que hayan nacido con esa intención. A mí lo que me fascina es la inmediatez y la posibilidad de interactuar. Lo demás es cuestión de gustos.

Yo, que siempre he llevado algún tipo de diario y que adoro los álbumes de fotos, simplmente me divierto compartiendo mis cosas con aquellos que quieran leerlas. Genial, basura o pozo de mediocridad, así es como me sale y refleja ni más ni menos a la persona que hay detrás: unos días con más alegría, otros con tristeza o ironía, a veces con cierta impostura y en ocasiones simplemente con las dos líneas de un pensamiento que cruza mi mente antes de irme a la cama. Ni más ni menos. Me niego a hacer de este placer una paja mental.

Aquí os seguiré esperando.

Capricho

Capricho

Hoy he tenido un antojo de lo más tonto: un iPod Nano y creo que no voy a tener más remedio que comprármelo... Así son los antojos, no? Absurdamente irresistibles.

Ya os contaré de mis peripecias, que seguro que las habrá tratándose de tecnología. Si es que en el fondo me va la marcha ;)

Lluevo, llueves, llueve...

Jueves, llueve.

Caen tristes las gotas por el cristal de mi ventana,

melancólicas,

en una irónica tarde de verano.

Lluevo,

caen despacio las gotas por mis mellijas

y se empaña de pena el cristal de mis gafas.

Ya no te quiero.

Jueves ¿llueves?

y es que, al fin y al cabo,

tú tampoco me quieres.

 

"Y así estamos los dos...

en vez de estar haciendo el amor

tras la cortina de un cine de verano"

(Si tú si yo, Muchachito)

Perder la cabeza

Perder la cabeza

Abrumada por mi mala cabeza, me he ido al diccionario de la RAE y me encontrado con que, efectivamente, la definción del término "perder" se ajusta a la perfección a la que parece ser mi actividad favorita últimamente. 

perder.

(Del lat. perdĕre).

1. tr. Dicho de una persona: Dejar de tener, o no hallar, aquello que poseía, sea por culpa o descuido del poseedor, sea por contingencia o desgracia.

En los últimos 2 meses he perdido 3 cosas de uso diario y eso en tres ocasiones diferentes: mi cartera, mis gafas y mis llaves. Y todo por mi mala cabeza. La cartera, como ya conté en este blog, la perdí, o me la robaron, en un afterhours (¡quién me mandaría a mí!). La gafas las perdí por presumida, por quitármelas para hacerme un foto (¡maldita vanidad!). Y las llaves...bueno, las llaves las perdí en el más amplio sentido de la palabra. Vamos, que desde la última vez que las vi hasta que me di cuenta de que ya no las tenía, no tengo ni idea de dónde me las dejé.

Pero lo peor de perder, además de lo imbécil que te hace sentir, es restituir las cosas que has perdido, actividad durante la cual se pierde, además de mucho tiempo, a veces también la paciencia y se gana una gran dosis de rabia y frustración.

Ah, se me olvidaba mencionar mi última pérdida, ésta debida a la segunda parte de la definición del DRAE: mis vacaciones en Grecia. Otra vez será, Partenón, gyros y playas de agua azul turquesa... En su lugar he pasado una semanita en casa tostándome al sol y viendo a la familia y a los amigos de siempre. Al menos la restitución de esta pérdida me ha llevado a casa antes de lo que pensaba y se ha transformado en una semana de relax después de mi ajetreada semana en la bella Sicilia. Pero, a pesar de todo, la pérdida se queda ahí, incómodamente incrustada. Como todas las pérdidas.

En fin, resignación, que decían los antiguos. A ver si al menos en esta racha de perder, pierdo lo único que ahora me interesa perder: ¡los kilos! 

Y en este momento se me dibuja en la cara la ironía en forma de sonrisa torcida y cejas arqueadas. Jajaja. Yo misma me río de mi.

¿Estaré perdiendo también la cabeza?

Furia Española (III y última)

Furia Española (III y última)

No pudo ser... Efectivamente he visto muchos hombres felices hoy, sólo que no eran españoles :(

Una vez más: trauma nacional con una falta mal pitada y a casa. Lo mejor, como siempre, el amientazo. Una pena que no hayamos podido disfrutar de una victoria... Tal vez nos hubiese hecho falta un poco más de furia en el campo, porque en la grada ya había de sobra.

Al menos ya me puedo ir de vacaciones tranquila, ya que la final me pillará en las playas de Sicilia. Para entonces estaré tostándome a orillas del mar Mediterraneo y no creo que me acuerde ya mcho de esta derrota.

¡Allez Brasil! Buenas noches.

Luna, lunera, cascabelera.

Luna, lunera, cascabelera.

La luna es un trozo de mármol roto por las pedradas de los insomnes cabreados. Yo hace ya tiempo que superé mi etapa de insomnio, pero aún a veces me quedo absorta mirándola en la paz de la noche justo antes de meterme en la cama y dormir, por fin.

"Morir...quedar dormidos...

Dormir...tal vez soñar!"

Soliloquio de Hamlet, W. Shakespeare.

Chita, 8.4.1990-24.6.2006

Chita, 8.4.1990-24.6.2006

"(...) Tu n'es encore pour moi qu'un petit garçon tout semblable à cent mille petits garçons. Et je n'ai pas besoin de toi. Et tu n'as pas besoin de moi non plus. Je ne suis pour toi qu'un renard semblable à cent mille renards. Mais, si tu m'apprivoises, nous aurons besoin l'un de l'autre. Tu seras pour moi unique au monde. Je serai pour toi unique au monde...".

Le Petit Prince, Capítulo XXI

Con lágrimas en los ojos, hasta siempre, Chita.  Hasta nuestro próximo paseo... descansa en paz.

Furia Española (II)

Se ha sufrido y bien...

Os he tenido unos días abandonados sin avisar durante mi periplo romano (el día antes de irme tuve problemas de conexión), pero hoy estaba puntual de vuelta en Munich para ver el partido. En realidad estaba un poco desiludionada porque no habíamos podido conseguir entradas para el estadio. Allí me hubiera gustado estar junto a medio Colegio Español, pero me decidí tarde y no pudo ser. Pero bueno, la verdad es que en Olympia lo hemos pasado muy bien. Se ha sufrido, pero la recompensa ha sido grande y luego nos ha caído la gran tromba para celebrar la goleada.

Muy mal las chicas del Cole...La facción masculina en Stuttgart y vosotras en casa... Menos mal que me he traído a mi prima Patri de Roma de refuerzo. El viernes os quiero ahí, eh?

Hala, me voy a dormir que mañana hay que currar.

Buenas noches.

Furia Española

Furia Española

Mañana juega España e iremos a Olympia a verlo en las pantallas gigantes, camisetas a punto y banderas en mano, dispuestos a gritar y a chillar lo que haga falta. Mira que a mí el fútbol  ni me va ni me viene, pero esto de que el mundial sea en casa tiene su gracia. Ahora sólo falta que España gane y no tengamos que volver, camisetas puestas y banderas en mano, cabizbajos y maldiciendo a nuestra selección. Mañana hay que ganar, sobre todo porque el jueves es fiesta y se puede celebrar todo lo que se quiera.

Sólo nos faltará Manolo el del bombo, pero bueno, tenemos a Pablito, que nos sirve igual y le tenemos más cariño.

Ya os contaré.

Arriba y abajo

Arriba y abajo Odio cuando me pongo ciclotímica, a pesar de que sé que trata sólo de eso: un ciclo. Sé que la curva volverá a ir hacia arriba. Sé que volveré a contemplar el ciego paisaje desde arriba y a sentirme otra vez libre por un instante, antes de que la piedra vuelva a caer ladera a bajo. Y, sin embargo, vivir, ser feliz, sentir, amar, conocer, dar, recibir, compartir... ¿no es todo un reto? Es el verdadero reto que nos propone la vida.

A matter of chance

A matter of chance

La pregunta de un domingo de la tarde, lluvioso y gris, mientras escucho a Amos Lee es ¿qué coño hacía yo un sábado a las 7:00 de la de la mañana en un afterhours en el Kunstpark Ost?. Ya, ya sé que esto del Kunstpark no os dirá mucho a algunos de los que leáis este post. Pero ya os lo digo yo: el Kunstpark Ost es un antiguo parque industrial reconvertido en zona de discotecas, vamos, lo peor de lo peor. Pero el caso es que fuimos allí el viernes depués la fiesta española de la Oly Disco, porque, aparentemente, la noche se había hecho corta. El garito donde estuvimos se llamaba Do Brasil y allí estaba la crem de la crem de Munich, empezando por abajo, claro. Pero, a pesar del ambiente, allí había música y se podía bailar, que era de lo que se trataba. Y tan feliz, hasta que me di cuenta de que me había desaparecido la cartera. ¡Horror! Lo peor no eran las pelas, sino la perpectiva de tener que pasar por la toda la burocracia de renovación de tarjetas y documentación varia, así que, con las defensas bajas por el alcohol y el cansancio, pasó lo que tenía que pasar: empecé a llorar y creo que no paré hasta una hora después. Llorando busqué por el garito, llorando hablé con los porteros y camareras, llorando rebusqué en las basuras de los baños (prefiero no pensar lo que debí de tocar), mientras veía espantada cómo a Pablo lo sacaban del bar cogido por el cuello (estuvo a punto de haber bronca) y llorando hice la denuncia en el furgón de policía que parecía estar allí para la ocasión (¿qué coño hacían allí 7 policías?). En fin, poco a poco, y en gran parte gracias a  Gabi, se me empezó a pasar el berrinche (cómo se queda una después de haber llorado a gusto) y cada vez me salían más risas que lágrimas, hasta que por fin me calmé (tampoco había para tanto, al fin y al cabo) y nos dirigimos a un metro que nos llevase, no a casa, sino a desayunar.

Pero la noche y sus peripecias no había acabado aún, porque pasó lo impensable: una pareja de revisores nos pilló a la mayoría sin billete. ¿Quién se iba a pensar que nos iban a controlar? Estadísticamente es difícil que te roben y te controlen en el metro la misma noche ¿no? Pues bien, nuestra suerte fue desigual: algunos se escabulleron con elegancia (esa elegancia torera española que no me cansaré de ensalzar), otros tenían billete y yo monté tal pollo de indignación que creo que el tío no supo qué hacer conmigo y me dejó en paz. El caso es que el pobre Juanito fue el único al que le cascaron los 40€ de multa y eso que llevaba billete mensual, pero el de mayo... Las cosas así, ya sólo nos quedaba de verdad desayunar. Y allá que nos fuimos al centro en una soleada mañana de sábado, entre ancianitos madrugadores, familias con niños y grupos de japos cámara en ristre,  a buscar un sitio para comer algo e irnos a la cama lo antes posible. El paseo fue, por supuesto, surrealista y el desayuno, igualmete surrealista, al final fue consumado en el Mcdonalds, como no podía ser de otro modo.

Me metí en la cama a las 12 de la mañana, en el fondo contenta, porque, al fin y al cabo, había disfrutado del único rato de sol que hemos tenido en las últimas dos semanas. No hay mal que por bien no venga. 

Es curioso: todo esto pasó en la madrugada de una ciudad que se caracteriza por los contados días en que luce de verdad el sol y por su baja tasa de delicuencia. Como se pregunta el narrador en la genial introducción de la película Magnolia (Paul Thomas Anderson, 1999) "Is it just a matter of chance?"

Dulces sueños

Dulces sueños

And now is when I go to bed and try to sleep my sorrows away...

Buenas noches.

Amigos lejanos (On the road...to perdition)

Amigos lejanos (On the road...to perdition)

Desde el momento en que uno se pone ruta decidido a ver mundo ha entrado en su particular camino a la perdición. Sí, uno se convierte en carne de la "amistad lejana" (concepto creado por mi amiga Eva en su blog) y casi sin darse cuenta de ello pasa a tener amigos en medio mundo. Yo, que estoy en ruta constante desde hace varios años, sufro este mal: un día hablo por teléfono con mi amiga Sara, con la que compartí un año de universidad en Estados Unidos y que ahora vive en Düsseldorf; otro día como en París con mi amigo Arnaud, al que conocí en Málaga durante su Eramus y al que fui a visitar a La Rochelle; y al siguiente estoy planeando un viaje a Phoenix para ver a mi amiga Marialaura, con la que he compartido tanto y que ahora está tan lejos... Y qué decir de los amigos de siempre, cuya amistad nació para ser cotidiana y que se convirtió en lejana porque yo un buen día me fui a ver qué había por ahí fuera, me lié y me quedé para seguir indagando, o de los que han compartido conmigo la vida del Colegio Español de Munich y yan han vuelto a sus casas, porque sus tesis, sus cursos de alemán o sus proyectos de fin de carrera un buen día se acabaron (siempre se acaban).

Lo malo de todo esto es que es adictivo. Viajar cansa físicamente, pero alimenta el alma de una manera que es difícil de igualar. A veces me da por pensar en la cantidad de buenos amigos que tengo repartidos y me pregunto qué pasaría si los tuviera a todos aquí a 10 ó 20 minutos de mi casa. Pues muy fácil: no seríamos nosotros ni nuestra amistad sería la que es.

En mi particular camino a la perdición echo de menos a todos aquellos amigos lejanos con los que compartido mi tiempo y mi experiencia. Aunque no es posible mantener el contacto con todos, de todos me acuerdo y los llevo en mi corazón como prueba de que aquel deseo ferviente de salir y ver mundo realmente merecía la pena.

Nota: Doy fe de que esta exaltación de la amistad se ha hecho en estado de plena lucidez y sobriedad.

Nota 2: ¡Viva el messenger! Qué haría yo sin ti...

Volando voy...volando vengo....

Volando voy...volando vengo....

Ya, ya sé que llevo una eternidad sin escribir y ello me ha valido la reprimenda de muchos de vosotros de palabra o por medio de mensajes en el blog. Pero es que últimamente la mujer on constant sorrow ha estado más en sorrow que de costumbre, y con ello no sólo me refiero al alma, que a veces también, sino que he estado de arriba a abajo sin parar mucho en casa que digamos. De Munich a Córdoba, de Córdoba a Málaga y de vuelta a Munich; de Munich al Tirol, Trentino y el Véneto; después, de Munich a París, y finalmente, de Munich a los Pirineos en sentido amplio, porque me los he recorrido enteros. En fin, que el poco tiempo que he pasado en casa en estos casi 2 meses apenas he encendido el ordenador. Pero el otro día al ver los mensajes que tenía acumulados, me di cuenta de lo que me gusta esto de escribir en el blog. Así que estoy de vuelta. Prometo intentar no irme más por tanto tiempo.

Un abrazo a todos.